Esta dimensión cobra importancia debido al efecto transfronterizo de muchos problemas medioambientales relacionados con las empresas y a su consumo de recursos en el mundo entero. Por ello, pueden tratar de obrar con arreglo a su responsabilidad social tanto a nivel local como internacional. Por ejemplo, pueden fomentar la reducción del impacto ambiental de sus actividades a lo largo de su cadena de producción y hacer un mejor uso de herramientas internacionales vinculadas a la gestión y a los productos. Por otra parte, la inversión y las actividades sobre el terreno de las empresas en terceros países tienen efectos directos sobre el desarrollo económico y social de dichos países.